Antes de decidir nada, se documentó a fondo: aprendió quiénes eran los cirujanos capilares de referencia, dentro y fuera de España, quiénes habían pasado por sus manos y con qué resultados, cuáles eran los pros y contras de cada técnica, leyó sobre la vascularización del cuero cabelludo y por qué el músculo frontal era una línea roja que nunca se debía traspasar.