También pesa en contra de esta teoría el hecho de que regiones colonizadas por luteranos, como Namibia por los alemanes, Surinam por los holandeses, la Guayana por los británicos o Sudáfrica por estas dos últimas potencias, no se pueden considerar ni mucho menos países desarrollados. La teoría de la religión tampoco explicaría por sí misma los casos de Corea del Sur, Japón, Singapur o Taiwán.