Ese año siguiente volvió a ganar el mismo certamen local, el Nacional 1978, venciendo a Talleres en semifinales, y en la final al equipo «millonario», River Plate. La final la disputó ante Nacional, con quien empató sin goles en la ida y para salir campeón en casa ante 80.000 espectadores con un gol de Mario en el primer tiempo, con el que consagró a Independiente como primer campeón invicto, primer campeón argentino de América y a sí mismo como goleador del torneo, con 6 goles.